Presidente Léon Verhelst

Sus colegas lo describieron como un hombre modesto, humilde, sin desviaciones. Un hombre de hecho cuya preocupación primordial eran los trabajadores y estar a su servicio. No le gustan los coches: prefiere el tram como medio de transporte. En vez de comer al restaurante, durante la pausa de trabajo, prefiere un sándwich con una cerveza en la fábrica.

Sus estudiantes y las personas más allegadas a èl, lo reconocían por su rigor, gran corazón y su sentido para desarrollar en cada uno de ellos todo el potencial que tenían. Lo describen como un verdadero “ministro”: usar el término no en su sentido político moderno, sino con el significado latino original: un humilde servidor.